miércoles, 21 de julio de 2010

mi marco teórico: una breve carta de presentación

Desde mi infancia el arte siempre ha estado presente en mi entorno, imagínense que mi madre pintaba murales mientras esperaba mi nacimiento.

Mis padres trabajaban en el mundo del arte; mi padre es el dibujante gráfico de un diario y mi madre es profesora de artes visuales en un colegio particular subvencionado. Creo que esto pudo condicionar alguna capacidad artística mía, pero a pesar de eso era pésimo en el dibujo y la pintura, ni pensar en alguna habilidad musical; sólo con los trabajos en volumen era bueno.

Cuando llegué al Liceo Experimental Artístico, a los ocho años de edad, no sabia realmente de que se trataba, ni que era lo que enseñaban, pero ahora agradezco haber entrado a un lugar como éste, donde he podido conocer y conocer el arte más profundamente y no quedarme con el estereotipo, que comúnmente se forma en torno al oficio del artista, tildándolos prejuiciosamente de drogadictos y bohemios.

Respecto a movimientos artísticos, lo que a mí me atrae y representa es el expresionismo, aunque, al igual que mis gustos musicales, a mi me gustan individualmente los artistas, no un movimiento determinado, no el estilo completo al cual pertenecen. Por ejemplo, me gustan las pinturas de Van Gogh, pero no así el impresionismo, o en el caso del paisajista William Turner, al cual encentro excepcional, sin embargo, detesto el movimiento romanticista, al cual se lo suele vincular. Otros artistas que me gustan son Amedeo Modigliani, Alfons Mucha, Paul Klee, Vasili Kandinsky y Gustav Klimt.

Otra de las cosas que le debo al colegio es el haber descubierto la orfebrería, técnica del arte, que por ahora me apasiona y que elegí como mención. Me gusta trabajar los metales, ver su desarrollo y cómo es que la granalla de plata evoluciona, hasta convertirse en un objeto que no sólo es bello, si no que es artilugio de mi creación. Sin embargo, hay un factor sumamente relevante de la joyería, el cual también es complemento de la orfebrería, me molesta profundamente su alto sentido comercial. Es decir, sólo algunos, quienes lo pueden financiar, pueden acceder y apreciar la orfebrería. Es en definitiva un arte elitista, que excluye completamente a aquellos que no pueden acceder a ella, convirtiéndola en un mero objeto, una pieza, que diferencia a aquellos que tienen los recursos para comprarla de aquellos que no los tienen.

Cada individuo ve su vida marcadas según sus propias experiencias y vaivenes, cómo así mismo a sucedido con la mía. En mi caso, estas vivencias las he conjugado en una serie de valores e ideologías que me han conformado como artista y ser humano, deseo ser artista, es lo que quiero para mi vida, porque es un oficio que me permite participar de la forma que yo quiero, y creo que requiere, la sociedad actual. Es por esto que no sólo me quedare con la orfebrería, la cual si bien me atrae, no colma mis necesidades valóricas como artista y ser humano, según lo anterior, he decidido indagar en técnicas, que dentro de mis capacidades, me permitan lograr mis objetivos, como considero lo es la escultura.

Joaquín Henríquez Valdebenito

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